Esta intervención puede producir cambios en el aspecto, estructura y función de la nariz. Se puede reducir o aumentar el tamaño de la nariz, cambiar la forma de la punta, estrechar la anchura de las alas, o cambiar el ángulo entre la nariz y el labio superior. Además podemos mejorar la respiración en los casos en que hay una desviación de tabique, o evitar que la punta nasal se vaya “hacia abajo” cuando nos reímos o gesticulamos.
Es una intervención frecuente, y de las más agradecidas de la Cirugía Estética. Se puede realizar aisladamente, o estar acompañada de otros tratamientos estéticos tanto faciales como del resto del cuerpo. En bastantes casos se acompaña de un aumento de los pómulos, o de un aumento del mentón, pues hay pacientes en los que se acompaña una deformidad de la nariz de otras deformidades del contorno óseo facial, lo cual mejora mucho el resultado estético del paciente.
Esta intervención se realiza generalmente con anestesia general, y un corto ingreso en la clínica.
La rinoplastia es un tipo de cirugía que se realiza casi exclusivamente mediante incisiones dentro de las fosas nasales, por lo que no hay cicatrices visibles.
Esta intervención comporta usar unos taponamientos nasales durante 12-24 horas, y un yeso durante 7-9 días en los casos de rinoplastia completa.
El dolor postoperatorio de la rinoplastia es habitualmente mínimo, si se puede decir que existe. Si lo hubiera, desaparece en las primeras 24 horas, y requiere como máximo un analgésico suave.