Es una técnica que utiliza procedimientos de tatuaje o dermopigmentación con diversas finalidades. Consiste en la implantación de pigmentos (orgánicos e inorgánicos) dispersos en vehículos inertes simples (acuosos, alcohólicos y glicólicos) sobre las capas más profundas de la epidermis mediante una aguja especial.
En cuanto a sus aplicaciones permite corregir ciertos defectos y fundamentalmente se aplica con la finalidad de embellecer:
Cejas: para modificar tanto el grosor, como la forma
Labios: para perfilar y rellenar, aumentar el tamaño de los excesivamente finos
Ojos: para disimular arrugas y para perfilar la linea, dándoles mayor expresión
Desde el punto de vista correctivo, se aplica para la reconstrucción de cejas, y labios, cicatrices, líneas defectuosas, camuflaje de quemaduras, reconstrucción de la areola mamaria y re pigmentación de la piel en tratamiento de vitiligo.
El color de la zona a tratar depende de la radiación lumínica que incide en los pigmentos depositados en la piel. Esto quiere decir, que en función de las características de la piel como color, textura, grosor o tipo de piel, se obtiene una coloración particular.
La micropigmentación se lleva a cabo mediante una aguja muy fina con la que se introducen los pigmentos a través de la piel. Seguidamente, los pigmentos deben fijarse en los estratos de la piel y consolidarse su coloración, proceso que lleva al menos, un mes. Con el paso del tiempo, se produce una degradación del color, que tiene una duración variable, dependiendo del tipo de piel. En definitiva, se puede considerar, que un proceso de micropigmentación puede mantenerse alrededor de dos años en condiciones óptimas.
A diferencia de otras técnicas de maquillaje, nuestro tratamiento no produce dolor, inflamación ni morados.
Es importante considerar la exposición al sol, que puede provocar cambios en la coloración, inducir la decoloración o intensificar el tono.
