Se trata de una sencilla intervención quirúrgica con la que se tratan los pómulos poco resaltado y/o el mentón “débil”. Es un tratamiento ideal para los pacientes con “poco relieve” de su cara, consiguiendo con el implante de pómulos el “enmarcar y resaltar” la mirada.
Este tipo de intervención se realiza habitualmente sin cicatrices cutáneas visibles, pues para ello se usan incisiones dentro de la boca, por lo que no se puede ver ninguna cicatriz visible.
En la mayoria de los casos, en pacientes seleccionados, se puede realizar con anestesia local.
El dolor postoperatorio del aumento de pómulos o de mentón es leve, desapareciendo en 2-3 días. Requiere sólo analgesia suave.